HIPERCURSO

ESTRELLAS DE NEUTRONES 
Y PULSARES

LAS ESTRELLAS Y 
LA GALAXIA

SUPERFLUIDEZ y SUPERCONDUCTIVIDAD

Se considera que el líquido de neutrones presente en la corteza interior es un superfluido, tal y como la mezcla de neutrones y protones en el núcleo exterior de la estrella forma un superfluido (de neutrones) y un superconductor (de protones). En el laboratorio, la superfluidez se observa en el helio líquido y la superconductividad se observa en numerosos metales, ambos fenómenos ocurren a temperaturas cercanas al cero absoluto (es decir - 273 grados centígrados). Se sabe también, desde finales de los años cincuenta, que los neutrones en núcleos atómicos forman un superfluido y los protones un superconductor. La presencia de estos dos fenómenos en estrellas de neutrones es pues, una extrapolación directa de lo que se observa en el laboratorio desde hace muchos años; las propiedades extrañas de los superfluidos y los superconductores introducen todavía más complejidad en la estructura de las estrellas de neutrones.

El mecanismo que induce la superfluidez y la superconductividad es la formación de pares de Cooper, según propuesto por Leon Cooper, en el cual dos neutrones ó dos protones se aparean. Parece similar a la formación de moleculas en la cual dos (ó más) átomos se unen para formar un compuesto que tiene nuevas propiedades totalmente distintas a las de los átomos que la forman, pero en realidad es totalmente distinto: las moleculas se van formando una por una mientras que en el mecanismo de aparemiento de Cooper los pares se forman todos simultaneamente. Este apareamiento es pués un fenómeno colectivo y corresponde a una transición de fase en la cual el material cambia abruptamente sus propiedades cuando ocurre. Como todas las transiciones de fase, la de apareamiento tiene una temperatura critica, notada como Tc: si la temperatura del material T es superior a Tc no hay pares y cuando T alcanza Tc los pares se forman rápidamente.

El valor de Tc depende de la fuerza que produce el apareamiento: para los materiales terrestre Tc es del orden de unos grados Kelvin, ó hasta miligrados para el Helio 3, mientras para el apareamiento de neutrones ó protones es del ordén de 109 K debido a la enorme fuerza nuclear que produce el apareamiento. La idea original de L. Cooper, se extendio en una teoría completa considerada como uno de los mayores logros de la física del siglo XX. Sus autores, J. Bardeen, L. N. Cooper y J. R. Schrieffer recibieron el Premio Nobel de Física en 1972, y la teoría se conoce como teoría BCS. La teoría fue desarrollada para describir la superconductividad en metales pero se extiende naturalmente para cualquier tipo de material en el cual el fenómeno de apareamiento ocurre.

Superfluidez y rotación

Una de las extravagancias de los superfluidos es su comportamiento cuando se les fuerza a rotar. Como los pulsares son estrellas de neutrones en rotación este comportamiento extraño tiene consecuencias enormes. Un superfluido en rotación forma espontaneamente vórtices que consisten de un corazón de materia no superfluida rodeado por materia superfluida en rotación alrededor de dicho corazón. Tenemos entonces, que en el superfluido neutrónico de un pulsar en rotación se forman vórtices como se representan la figura: en A para el superfluido en la corteza interior (con núcleos atómicos formados en una red cristalina) y en B para el superfluido en el núcleo estelar.
 

Todos estos vórtices son paralelos al eje de rotación del pulsar y además en cada parte de la estrella el número de vórtices es proporcional a la velocidad de rotación de esta región. Debido al frenado en la rotación del pulsar, los vórtices migran paulatinamente, alejándose del eje de rotación hasta llegar a la parte superior de la corteza donde no hay superfluido y desapareciendo entonces (note que solamente la estructura del vórtice se está moviendo, esto no necesariamente implica un movimiento real de los neutrones). Sin embargo, los vórtices del superfluido de neutrones en la corteza interior (A) tienen un compartamiento muy peculiar: se atoran sobre los nucleos atómicos ahí presentes (esto soló ocurre en la corteza interior pero no en el núcleo ya que no hay núcleos atómico en ello). Por lo tanto no pueden migrar y la velocidad de rotación del superfluido cortical es constante: este superfluido siempre rota más rápido que el resto de la estrella. En eventos catastróficos, parte de los vórtices en la corteza se sueltan de los núcleos que los amarran y se alejan bruscamente del eje de rotación para ajustar su velocidad con la del resto de la estrella: el resultado es una súbita reducción de la velocidad de rotación de esta parte del superfluido y como reacción, una aceleración del resto de la estrella. Estos eventos catastróficos se han observado en cerca de veinte pulsares, manifestándose como una súbita disminución del periodo de rotación: son los famosos `glitches' ó sideramotos (es decir `terremotos' sidelares !).

Superconductividad y campo magnético

En el núcleo de la estrella, aparte de los vórtices producidos por el superfluido de neutrones, aparecen tubos de flujo magnético creados por el superconductor de protones (véase la inserción B de la figura). La cause de estos tubos de flujo es la siguiente. Un superconductor no tolera la presencia de un campo magnético y trata de expulsarlo ó por lo menos de confinarlo dentro de estos tubos de flujo magnético, un fenómeno conocido como `efecto Meissner'. En el núcleo superconductor de una estrella de neutrones, estos tubos, a diferencia de los vórtices del superfluido neutrónico, no tienen que ser parálelos al eje de rotación y al contrario tienen una geometría muy compleja, determinada por la configuración del campo magnético al momento que aparece la superconductividad (es decir cuando la temperatura de la estrella cayo por debajo de la temperatura crítica Tc del superconductor protónico). Estos tubos se `enredan' con los vórtices, y posiblemente cuando estos últimos migran paulatinamente por el frenado del pulsar van jalando los tubos magnéticos con ellos. Los tubos magnéticos no penetran en la corteza, ya que no hay un fluido de protones superconductores en ella, pero el campo magnético sí: al llegar a la frontera núcleo-corteza el tubo desaparece y el campo magnético, saliendo de él, se expande y atraviesa la corteza para llegar hasta la superficie. Debido a esto, el movimiento de los tubos de flujo magnético del núcleo induce enormes tensiones sobre la corteza rígida del pulsar que debería constantemente ajustarse al cambio del campo magnético. Una posible consecuencia de esta tensión es que la corteza se fracture, formándose placas tectónicas que migran hacía el ecuador de la estrella. Esta teoría ha sido denominada por su autor, el Pr. M. Ruderman, como `Astrología' en analogía con la Geología y su teoría tectónica de placas.

Será cierto todo esto ?

Las teorías presentadas aquí y en la sección anterior involucran multiples ramas de la física y numerosas extrapolaciones. Como en cualquier area de la Ciencia, estos modelos necesitan compararse con datos experimentales ó observacionales. Esto es el próposito de la siguiente sección. Desgraciadamente, por el momento no tenemos muchas restricciones serias pero el futuro parece bastante prometedor. 
Sección anterior: Estructura de las Estrellas de Neutrones.
Sección siguiente: Teoría versus observaciones.
Dany P. Page / page@astroscu.unam.mx / (Creado 20-II-1998)